La práctica del Yoga
Filosofía, Ásanas, Respiración, Chakras, Meditación
(Ásanas del sánscrito: "Posturas")
YOGA del sánscrito: "Encuentro"
Cada día es un nuevo comienzo, tenemos la oportunidad de cambiar, modificar, desechar y rehacer cualquier aspecto de nuestra vida.
El Yoga nos proporciona el momento necesario para conectarnos con nuestros diversos cuerpos que componen nuestro Ser: el cuerpo físico, el energético o vital, el emocional, el mental y nuestra consciencia o alma.
El yoga nos ayuda a silenciar la mente, que no para de parlotear con miles de pensamientos diarios sobre los problemas, las emociones, los quehaceres diarios, los planes para el futuro o los arrepentimientos, recuerdos y creencias del pasado.
El tener la capacidad de entrar en el silencio mental y estar presentes en el aquí y ahora, es es el paso más importante que logra el yoga.
A partir de allí, podemos concentrarnos, tener consciencia de lo que hacemos, respirar mejor, afrontar los problemas con serenidad y mejorar nuestra salud en todos los sentidos. Cambia nuestra energía, se renueva y aparecen soluciones, nuevas personas, oportunidades, nuevas ideas, más equilibrio, salud y finalmente más paz y felicidad!.
Las clases de yoga tienen una duración de una hora.
Son personalizadas porque cada uno de nosotros es diferente, somos más o menos flexibles, tenemos problemas físicos, emocionales o llevamos la vida con más o menos estrés.
La clase es un momento para estar a solas con nosotros mismos, escuchando y observando a nuestro cuerpo, tal vez por primera vez a nuestros músculos, nervios, huesos, glándulas, piel. Le damos la atención a cada parte de nuestros sistemas, aprendemos de los chakras (centros de energía) y cómo mantienen nuestro cuerpo con la vitalidad que necesitamos, percibiendo con claridad cuando nuestros chakras están bloqueados por falta o por demasiada energía.
En cada clase aprendemos un poco sobre la respiración, sobre el Pranayama (el uso adecuado del "prana" del sánscrito: energía vital) y su influencia en los centros energéticos unidos a la práctica de las posturas (Asanas), todo al ritmo y flexibilidad de cada quien. Poco a poco los músculos van cediendo, los huesos se van estabilizando, la postura se va alineando y percibimos como la estamina (aguante o resistencia) se va incrementando, otorgándonos más energía, relajación y serenidad.